Prototipo del cineasta-artista europeo, totalmente alejado de los supuestos de cine comercial actual. Greenaway se ha mantenido escéptico acerca de las restrictivas fronteras del cine, se puede decir que sus películas no intentan mantener vigentes las características tradicionales del cine. Sus films se destacan dentro de la producción general de la "industria". Algunos críticos han definido su producción como anticine y ni siquiera lo consideran cineasta, seguramente Greenaway no estará en desacuerdo con esto ya que mantiene siempre una actitud inquieta con respecto a las inhabilidades del cine: no hay tacto, no hay olor, no hay temperatura, corta duración, audiencias pasivas y sedentarias, no existe el diálogo con la audiencia, sobrecarga de especificaciones técnicas limitadas a la composición de cada cuadro de la película, visibilidad desde una determinada dirección. Desmedida búsqueda de la realidad, sets temporales, actores educados para pretender actuar, ilusiones planas, poca compresión de la pantalla como pantalla. Intereses comerciales omnipotentes. Son todas estas algunas de las tiranías a las que se enfrenta Greenaway en su cine, el cuadro, el actor, el texto y, la más molesta de todas, la tiranía de la cámara.
La lista de desencantos es larga. Sin embargo, él no está solo en sus opiniones, su estrategia actual es investigar y cambiar estas limitaciones y para ello invierte mucho tiempo en actividades diferentes al cine, con el ánimo de llevar dichas actividades hacia el cine con la esperanza de reinventarlo. Algo que se hace cada vez más difícil, pero mucho más necesario. Un medio sin una reinvención constante está condenado a morir. Muchos dicen que hoy no hay grandes inventores en el cine, se han ido a otros lugares, tal vez están haciendo lo correcto.
A una muy temprana edad Greenaway decidió que quería ser un pintor y desarrolló un interés por el cine europeo particularmente en las cintas de Antonioni, Bergman, Godard, Pasolini y Resnais. En 1962 inició estudios en el Walthamstow College of Art, donde compartió cursos con el músico Ian Dury con quien posteriormente trabajaría en El cocinero, el ladrón, su mujer y su amante. En el Walthamstow College realizó su primer cortometraje titulado Death of Sentiment y que se desarrollaba alrededor de objetos del patio de una iglesia; cruces, ángeles volando, tipografía esculpida en la roca. La película fue filmada en cuatro cementerios londinenses. En 1965 se unió a la Oficina Central de Información (COI), donde trabajó durante 15 años como editor y director. En 1966 dirigió Train, con fragmentos de la filmación del último tren de vapor que llegó a la estación de Waterloo, que estaba ubicada justo detrás de su lugar de trabajo en el COI. Una cinta de estilo abstracto influenciada por Man Ray y su ballet mécanique, todo montado por cortes sobre una banda sonara de música concreta. En 1966 también dirigió Tree, siendo el protagonista un árbol del Royal Festival Hall de Londres que se encontraba completamente rodeado de cemento. La década de 1970 verá un Greenaway más serio que desarrollará en 1978 Vertical Features Remake y A Walk Through H. La primera un estudio sobre formas con estructuras aritméticas y la segunda, un viaje a través de varios mapas. En 1980 Greenaway producirá su más ambicioso trabajo, hasta ese momento, titulado, The Falls: un monstruo fantástico, una enciclopedia de lo absurdo de material asociable con el vuelo, con la ley de la gravedad, 92 víctimas de algo que denominó (VUE) "Violent Unknown Event" o Evento Violento Desconocido. Los años 80 vieron las mejores películas de Greenaway, El contrato del dibujante en 1982, A Zed & Two Noughts en 1985, El vientre del arquitecto en 1987, Drowning by Numbers, también traducida como Conspiración de mujeres, en 1988 y El cocinero, el ladrón, su mujer y su amante, en 1989, su película más conocida por el público. Los noventa nos dieron las más atractivas a nivel visual Los libros de Próspero en 1991, la controvertida El niño de Mâcon en 1993, The Pillow Book en 1996, y 8 1/2Women en 1999.
Las maletas de Tulse Luper: La historia de Moab(1ª parte) de 2003 y Las maletas de Tulse Luper: De vaux al mar(2ª parte) 2004, sus últimos film para la pantalla grande, son unas extravaganzas multimedia que incluyen las más innovadoras técnicas. En la mente de Peter Greenaway está la actitud de que aún no hemos visto lo que puede ser el cine, como se dijo anteriormente. Su ambición es intentar reinventarlo, por esto el mundo del cine es un lugar que amplía su espectro de variedad gracias a él.