viernes, 22 de junio de 2007

THE FILTH AND THE FURY

Documental sobre la historia del mítico grupo británico Sex Pistols: el contexto social y político en el que surgieron, las biografías personales de sus cinco componentes, y la crónica del impacto que supuso el autodestructivo y breve pero significativo fenómeno punk en la música de los años setenta.A mediados de los años 70, el rock and roll había perdido mucho de su espíritu inicial. Los tiempos en los que la sociedad se escandalizaba ante jóvenes de ambos sexos que bailaban juntos, moviendo "obscenamente" las caderas al ritmo de la música que tocaban los negros, desafiando la segregación racial, habían quedado atrás. El rock era ya una gran industria y sus ídolos servían como máximo exponente de los valores del capitalismo: tenían éxito, dinero, mujeres, influencia sobre su público, y podían alternar con los grandes políticos y jefes de estado. Escuchar a los Rolling Stones o a Led Zeppelin no sólo no tenía ya mucho de transgresor, sino que hasta en las más altas esferas era considerado un símbolo de buen gusto, a raíz de que algunas revistas especializadas empezaran a formar toda una mitología y una intelligentsia, que dura hasta hoy, en torno a algunos grupos. El punk dinamitó a la industria musical de su tiempo e hizo temblar a toda Inglaterra: los Sex Pistols hicieron del fracaso y la marginación su bandera, y recordaron que el rock había sido, y podía volver a serlo de vez en cuando, un medio de protesta y de intentar cambiar la sociedad. Su estética feísta y agresiva, los aullidos de sus voces y sus guitarras nada afinadas, lemas como "no más héroes" o "hazlo tú mismo", totalmente opuestos al virtuosismo del rock sinfónico burgués e intelectual de la época, ayudaron a borrar las fronteras entre la industria y el underground; tener algo que decir y decirlo alto era más importante que saber de música.
The Filth and the Fury repasa, a través de los testimonios de algunos de sus componentes y de imágenes de archivo, la historia de los Sex Pistols, el grupo más importante y representativo del movimiento punk. No es una película destinada solamente a los fans de la banda; el enfoque del director, Julien Temple, va mucho más allá, y ofrece todo un repaso a la Inglaterra de los años 70 y a las contradicciones de la industria discográfica y de todo un sistema económico y social, que rechaza ideológicamente la música y sobre todo la actitud de los grupos punk, pero al mismo tiempo los ampara porque representan una fuente de ingresos. Podemos ver cómo los Pistols firman un contrato con una compañía que se lo rescinde al día siguiente, o cómo las listas de éxitos son manipuladas para que God Save the Queen, la versión anarquista del himno inglés, no sea número uno durante la semana del aniversario de la reina. El montaje de imágenes y voces en off funciona perfectamente como documento periodístico, y también en el ámbito narrativo como si fuera una historia de ficción, ya que la rocambolesca tragicomedia de los Pistols rebasa la imaginación de cualquier guionista. Otro acierto de Temple es cargar lo mínimo posible las tintas sobre los aspectos más sensacionalistas de la historia, y tratar sin énfasis y con gran respeto la nunca aclarada muerte de Nancy Spungen, la odiada novia del famoso bajista Sid Vicious, y la del propio Sid poco después.
De hecho, La mugre y la furia es más un análisis histórico y social que estrictamente musical; se le puede reprochar que no hable de la clara influencia que los grupos underground neoyorquinos del momento tuvieron en el manager del grupo, el polémico Malcolm McLaren, que apenas mencione a grupos como The Clash, contemporáneos de los Pistols y compañeros suyos en la gira Anarchy Tour, ni la carrera musical de la fan Siouxsie Sioux, pionera del rock gótico al frente de Siouxsie and the Banshees, ni la posterior y muy criticada vuelta de los Pistols a los escenarios con el Filthy Lucre Tour (Gira del sucio lucro) en los años 90. Pero no es una película sobre todos los punks, sino sobre la obra y más que nada sobre la vida de los Sex Pistols.