jueves, 21 de junio de 2007
DUOS HUMORISTICOS
Tip y Coll fueron una pareja humorística española formada a partir de 1967 por los ya fallecidos Luis Sánchez Polack y José Luis Coll.
Luis Sánchez Polack y José Luis Coll se conocieron a mediados de los años 60 en los platós de Televisión española, cuando deciden formar el dúo humorístico Tip y Coll, que en idea original de Luis debió haberse llamado Tipicol Spain. Debutaron ante el público en 1967, en el Hotel Aránzazu de Bilbao, y a partir de ese momento inician una serie de giras y galas que les llevan a recorrer diferentes puntos de la geografía española con su espectáculo y un enorme respaldo del públicoEn 1969 comenzaron sus apariciones en televisión, concretamente en el programa Galas del Sábado, presentado por Laura Valenzuela y Joaquín Prat. A lo largo de los siguientes años, y especialmente durante la década de los setenta, su actividad en TV es frenética, y están presentes con su particular sentido del humor en casi todos los programas de espectáculos y entretenimiento de la época: El último café (1970-1971), Pura coincidencia (1973), Todo es posible en domingo (1974), Lo de Tip y Coll (1974), La Hora de... (1975-1976) o 625 Líneas (1976-1979)...
Es en ese momento, en la década de los setenta cuando se convierten en un auténtico fenómeno social y sus tics y frases hechas son adoptados por el público en general como forma habitual de lenguaje. Sus coletillas fueron desde "El dame la manita Pepe Luí", hasta el "¿Para qué?...Paraguayo". Especialmente popular fue la frase "La semana que viene...hablaremos del Gobierno", con la que pretendían burlarse de los últimos coletazos de censura pública que aun quedaban en los años de la Transición política española.
De hecho, en febrero de 1979, uno de sus sketchs no fue emitido en 625 Líneas, bajo la excusa, según alegó su director José Antonio Plaza, de la mediocridad de los guiones, lo que provocó su salida precipitada del espacio
En los siguientes años, continuaron actuando en salas de fiesta, como Cleofás, e hicieron apariciones esporádicas en programas de televisión, como los especiales de Nochevieja. Tip y Coll llegaron a actuar en los de 1969, 1970, 1971, 1975, 1976, 1981, 1982 y 1986. En estos últimos años fue precisamente cuando presentaron uno de sus skeyches más conocidos: Cómo llenar un vaso de agua, en el que con un humor surrealista, José Luis Coll mostraba a la audiencia la forma correcta de realizar tal operación, con "traducción" simultánea de Tip al francés.
Tras esa etapa ambos actores se fueron distanciando profesionalmente, aunque coincidirían en algún programa, si bien como no como pareja humorística: El Estado de la Nación en el programa radiofónico Protagonistas de Luis del Olmo, o su versión televisiva Este país necesita un repaso (1993) en Telecinco.
Fue en esta cadena donde aparecieron por última vez bajo el nombre de Tip y Coll en el programa especial de la Nochevieja de 1995, llamado Vamos a por uvas
Su humor era en buena parte deudor de la imagen que se cultivaron: Sendos trajes de enterrador decimonónico con sus respectivas levitas y la chistera de Tip frente al sombrero hongo de Coll.
Los chistes de Tip y Coll rozaban el humor del absurdo, un tono cercano al surrealismo del que tomaron seguramente referencia de los Hermanos Marx, en el que se ha querido encontrar la continuidad a Miguel Mihura, y que caló entre los espectadores españoles, que los convirtieron en unos personajes muy queridos y respetados.
Faemino y Cansado es un dúo español de humoristas que toma su nombre del apelativo artístico elegido por sus componentes, Carlos Faemino y Javier Cansado. Comenzaron su carrera en Madrid, España, con espectáculos callejeros, posteriormente en teatros y continuaron con apariciones en televisión, incluso con un programa propio, hasta la actualidad, en que siguen llenando teatros. Su humor, aunque suele etiquetarse como inclasificable, se puede considerar como absurdo, inteligente y surrealista.Ángel Javier Pozuelo Gómez (Javier Cansado, el alto), nacido en Madrid.
Escribía en la revista de su instituto y desde joven diseñaba juegos de mesa para regalar a su familia en cumpleaños. Es la parte más seria y locuaz del dúo. Está casado y tiene dos hijos. Al comienzo se daba a conocer como "Rudy Cansado".
Juan Carlos Arroyo Urbina (Carlos Faemino, el más alto), nacido en Madrid.
Desde muy joven tuvo inclinaciones artísticas y se mostró especialmente interesado por el humor y el dibujo. Antes de formar el dúo, ya tenía experiencia haciendo teatro, había actuado en varios locales y cantado en la Plaza Mayor de Madrid. Además, trabajó en un matadero de pollos, una inmobiliaria, una agencia de viajes y a las órdenes de un procurador de tribunales. Es la parte más gestual y con más maneras de payaso del grupo. Es soltero
Se conocieron en Madrid en 1980, coincidiendo en diversos trabajos y creando una firme amistad.
Los primeros espectáculos “oficiales” los dieron al aire libre en el madrileño parque de El Retiro de Madrid, famoso por las actuaciones espontáneas de diversos artistas que allí se daban cita. Fue un domingo de septiembre de comienzo de la década de 1980. Ofrecieron cuatro pases esa mañana, con más luces que sombras. El verdadero motivo de aquel comienzo fue recaudar dinero para invitar a comer a sus amigos a un restaurante chino. Desde entonces acudieron regularmente a ofrecer sus espectáculos en El Retiro. Coincidieron con humoristas como Pedro Reyes y Pablo Carbonell, en la época de mayor y mejor actividad artística del parque.
Actuaron en este escenario durante cerca de cuatro años, llegando a ofrecer espectáculos de más de dos horas de duración. Se les conoció al principio como "Los del mono rojo", (aunque su verdadero nombre artístico era Tato y Kiko), por el atuendo que llevaban por entonces. Más adelante se bautizaron como "Los hermanos Benítez". Finalmente, al final de esta época se pasaron a llamar Faemino y Cansado
En la época final empezaron a compaginar las actuaciones de El Retiro con espectáculos en bares de la periferia de Madrid. De ahí dieron el salto a teatros. Se les empezaba a conocer.
Empezaron en televisión en los programas infantiles La bola de cristal y Cajón Desastre. Con esto consiguieron darse a conocer ante el gran público, hasta tal punto que tuvieron la oportunidad de realizar una serie de 9 programas propios de aproximadamente media hora de duración: El orgullo del tercer mundo, emitidos en TVE2. El programa se grababa en una sala de fiestas y en él empleaban una puesta en escena similar a la de sus espectáculos teatrales, sin apenas decorado y con escasa indumentaria especial. En este programa se acuñó la expresión "yo leo a Kierkegaard", respuesta del público en un momento de uno de sus gags. Esta frase nació como respuesta a la idea de los productores del programa de que era necesario crear una frase significativa que pudiera hacerse popular. Ellos se lo tomaron a guasa y se inventaron esta expresión pensando que nunca podría calar entre la gente. Pero finalmente se hizo muy famosa y se considera su grito de guerra. Con este programa llegaron a mucha más gente y comenzaron a generar una legión de fans, aunque el capítulo que más se vio no alcanzó el millón y medio de espectadores.
También hicieron apariciones esporádicas en programas de variedades como Tutti Frutti, ¿Pero esto qué es? o Vip Noche
Se cansaron del mundo televisivo por el ritmo y la tensión que les exigía el rodaje. Desde entonces han hecho apariciones esporádicas en televisión. Lo siguiente que grabaron para para la pequeña pantalla fue una serie de vídeos para la colección Magos del humor, con otro ritmo más pausado y con mucho control por su parte.
Desde entonces se han centrado en las actuaciones en teatros y han hecho apariciones en medios distintos. El 10 de mayo de 2000 estrenaron la revista digital lamandibula.com, dentro del portal www.canal21.com, con personajes como “Opacman, las aventuras y desventuras del superhombre que no deja pasar la luz a través de su cuerpo”, o con “El Cansamino”, un concurso de preguntas y respuestas en el que gana quien contesta de forma más surrealista a las preguntas que se le proponen. Se creó al abrigo del boom de internet de finales de los noventa y finalmente cerró pocos años después.
Han aparecido en la radio, fugazmente en el cine y recientemente han publicado dos libros sobre sus espectáculos, con sendos vídeos. También han realizado diversos trabajos separados, si bien Cansado ha sido mucho más prolífico que Faemino
Sus espectáculos se componen de una sucesión de gags, generalmente sobre situaciones corrientes llevadas al absurdo. Suelen ser historias muy trabajadas y con muchos detalles. No hablan de actualidad, no realizan imitaciones, no hacen chistes sobre políticos ni se visten de ama de casa. Apenas emplean decorado o vestimentas especiales.
Su humor también se considera surrealista porque mezclan lo sencillo y lo intelectual tratando temas atemporales. Buscan la interacción con el público, que debe entender sus juegos de palabras y dobles sentidos. De hecho, recomiendan a su público haber acabado la educación obligatoria para apreciar completamente su humor.
Martes y Trece es un dúo humorístico español formado por Josema Yuste y Millán Salcedo que marcó una época en la historia del humor en España. Se caracterizaban por sus gags esperpénticos sobre la vida cotidiana y las caricaturas de personajes famosos.
Millán conoce a Josema Yuste en la Escuela de Arte Dramático en Madrid. Entre funciones y clases se reunían con Fernando Conde en el bar Siroco de la Calle Príncipe donde comenzaron a hacer sus primeras tonterías, surgiendo la idea de formar un grupo cómico.
Siempre se ha oido hablar de sus pinitos cómicos en el cuartel de Móstoles, donde hicieron la mili. Pero el salto a la televisión fue lo que les encumbró, desde ciertos programas especiales para fin de año. A través de sketchs basados en personajes públicos, caricaturizaban con estilo propio las escenas habituales de la televisión y radio. El más famoso fue el de la empanadilla de Móstoles, consistente en una recreación de una llamada de una oyente a un programa de radio "Encarna de Noche", donde a través de diferentes cambios de información la llamada se hacía cada vez más caótica, sufriéndola la locutora que llega a perder los nervios. Fueron sus primeras intervenciones en programas de nochevieja, en 1985, aunque antes habían aparecido en otros programas (Aplauso).
Posteriormente llegaron más especiales de Nochevieja, escritos y dirigidos por ellos mismos, que desde 1988 hasta la disolución del grupo en 1997, llenaron de risas los momentos finales del año, previos a las campanadas de la Puerta del Sol, que en alguna ocasión también presentaron ellos mismos.
Por otro lado, participaron en varias películas de Cine: "Martes y trece: ni te cases ni te embarques", "la loca historia de los 3 mosqueteros", "Aquí huele a Muerto" y "El Robobo de la Jojoya".
Pedro Reyes y pablo Carbonell llegó el día en que nos separamos –recuerda ahora Pedro Reyes–. Todos nos decían que, con el humor que hacíamos, nos habíamos adelantado por lo menos ?0 años, así que decidimos parar. No nos enfadamos. Fue una ruptura natural, como cuando se te cae un diente de leche». Atún y Chocolate, el debut como director de Pablo Carbonell, los ha vuelto a unir en cabeza de reparto de una comedia con conciencia social, demasiado corazón y muchísimo acento barbateño. Habrá quien piense que su reunión podría ser tan explosiva como la de Nino y Bruno, esos cómicos de patilla y bofetada que Álex de la Iglesia dibujó en Muertos de risa a imagen y semejanza de Lussón y Codeso, Esteso y Pajares, Martes y ?3 o los hermanos Calatrava, porque, a la postre, todos los dúos humorísticos españoles se han acabado pareciendo, especialmente en lo tenso de sus relaciones personales. Todos, excepto Pedro y Pablo, porque, como precisa Carbonell, «somos de las pocas parejas cómicas que después del divorcio artístico hemos mantenido una amistad constante y sincera. Cuando nos encontramos en la playa para ensayar Atún y Chocolate, nos dedicamos a pasearnos en bici silbando la melodía de Verano Azul. Fue todo el ensayo que necesitamos. Si en la pantalla se tiene que ver que dos personas son amigas, lo mejor es que esa amistad sea verdadera».
En Atún y Chocolate, Pedro Reyes encarna al Perra, el amigo más fiel de Manuel, un pescador de atunes venido a menos por culpa de la degradación del entorno barbateño. Cuando el hijo de Manuel expresa su deseo de hacer la comunión, los personajes de Atún y Chocolate tendrán que hacer acopio de ingenio para afrontar los gastos derivados del impulso religioso del niño. Como un Ken Loach, pero con gracia andaluza y con un sentido del absurdo cotidiano sin dobleces ni distancias irónicas. «La película sor- prenderá por la capacidad de ternura que trasmite. Su romanticismo, su alto contenido social... El humor, si no se apoya en la tragedia, no tiene gracia para mí», afirma Carbonell, que ya le está dando vueltas a su próximo proyecto como director. Pedro Reyes también tiene el seso sorbido por el cine y está moviendo un guión propio, Evasión o no evasión, ¿en qué quedamos?, que espera poder dirigir y en el que tiene un papel reservado para Pablo Carbonell, modelado a imagen y semejanza de Mario Conde.
Pedro y Pablo se conocieron cuando el primero comandaba un grupo de teatro infantil en Huelva bajo el nombre de Centuria. «Éramos muy caóticos. Ensayábamos dos horas antes y mis maneras estaban más cerca del entrenador de fútbol que del director. Previamente, yo me había inventado la obra en 10 minutos. El teatro era una cosa mágica mezclada con el alcohol y la fantasía. Incluso llegamos a robar mobiliario urbano para el decorado. Teníamos 18 años», rememora Reyes. Por aquel entonces, se veían a sí mismos como actores y despreciaban la etiqueta de humoristas, quizás porque uno de sus mentores, Juan José Ocaña, ex componente del grupo Jarcha, les espetaba cada vez que se apayasaban: «¿Qué queréis? ¿Acabar como Pajares?». «Cuando nos hicieron el primer contrato, ya no nos pareció tan mal que nos consideraran humoristas», puntualiza Reyes.
humor naïf. Como les llamaba la atención los eufónicos nombres de los grupos catalanes, como La Fura dels Baus o Els Comediants, se plantearon rebautizar su formación como Oztxgulps, que, según ellos, era el ruido que hacía el gallo al tragarse una lombriz. Según Carbonell, «lo que aportamos en el panorama del humor nacional fue la ingenuidad. Amábamos el teatro, el mimo, pero actuábamos en los peores locales de Madrid. Los punkis de Rock-Ola se descojonaban con nosotros. Estábamos muy acelerados: creíamos que el ritmo era ir a toda velocidad».
Cuando se les pregunta acerca de su número cómico más legendario, les resulta difícil escoger. Pedro Reyes: «Quizás el de la moviola. Primero representábamos a dos jugadores de futbol corriendo, uno de los cuales se caía al suelo. Repetíamos la escena ralentizando la acción y el público descubría las brutales agresiones que uno le propinaba al otro. Lo nuestro era casi mimo: por aquellos años podíamos saltar, correr y brincar». Pablo Carbonell: «Quiero a todos los números por igual, como una buena madre. Había uno en el que Pedro hacía de faquir y hablaba en un idioma inventado. Las frases que decía se convirtieron en una especie de mantra absurdo de aquellas noches. Toda la gente las repetía».
Pedro y Pablo no descartan que este reencuentro desemboque en una nueva gira de la pareja cómica, apoyada en material nuevo y un repertorio de canciones. Sus seguidores se estarán mordiendo las uñas hasta ese momento. De momento, Atún y Chocolate es una excelente oportunidad para descubrir, de una sola tacada, su lado tierno y su espíritu concienciado.